Las tres letras que están cambiando al mundo: ASG
Los efectos generados por una empresa van mucho más allá de sus ganancias. Sus actividades tienen un impacto en el medio ambiente y en la vida de las personas, factores que han tomado cada vez más importancia para sus inversionistas, colaboradores y consumidores. Por ello, las empresas comienzan a apegarse a una serie de principios que obedecen a lo que el mercado demanda.
El término ASG surgió bajo el Pacto Global de la ONU en 2004.
ASG (o ESG, por sus siglas en inglés) hace referencia a los principios Ambientales, Sociales y de Gobernanza, y miden la exposición al riesgo y desempeño de una empresa basado en el impacto de estos tres factores.
En 2019, el BRT (Business Roundtable) emitió un comunicado que redefinía el propósito de una compañía: “Una empresa también debe mostrar compromiso con empleados, clientes, proveedores y comunidades locales”.
El CERTIFICADO SOS pondera cada factor ASG con varias métricas asociadas que proporcionen puntos de datos coherentes, medibles y verificables, facilitando así la mejor toma de decisiones de los inversionistas y de cualquier otra parte interesada, como los gobiernos, clientes y empleados.
Es posible recopilar dicha información gracias a que se divulga públicamente a través de calificadoras, de terceros o de sus recursos internos.
Beneficios de las políticas ASG
Una buena estrategia ASG permite la posibilidad de entrar a nuevos mercados e incrementar la presencia en los actuales. Los beneficios para la aplicación de ASG en una empresa son innumerables: aumento en la demanda de los inversionistas, presión laboral, gestión de riesgos empresariales y creación de ventaja competitiva.
De acuerdo con una encuesta realizada por PWC el año pasado, 83% de los consumidores considera que las empresas deberían dar forma activa a las mejores prácticas y están dispuestas a pagar una prima cuando eligen una inversión, un servicio o un producto que esté alineado con sus valores.
Además, la reducción de costos en el consumo de materias significa ahorro y, al mismo tiempo, un aumento en las puntuaciones de rendimiento de ASG. Sin embargo, no podemos perder de vista que estos programas requieren la asignación de recursos para personal o proveedores de servicio de tiempo completo e inversiones adicionales para llevar a cabo las iniciativas de sostenibilidad.
Las buenas prácticas ASG también mejoran las relaciones con los inversionistas y atraen capital. De acuerdo con la consultoría de reclutamiento Robert Walters, en tan solo cuatro años los activos en fondos sostenibles pasaron de 5,000 millones de dólares, en 2018, a 2.5 billones a mediados de 2022. En este mismo análisis, Richard Towsend, director de Robert Walters en México, menciona que se espera que los directores de finanzas (CFO) tengan una visión holística y logren incorporar prácticas ASG en el día a día